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En la lucha mundial contra la epidemia del tabaquismo: ¿cómo se ha avanzado en la medida de impuestos?

09 de agosto de 2019

Recientemente fue publicado el reporte de la epidemia global de tabaquismo de 2019, el cual es realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y tiene como objetivo hacer un seguimiento a las estrategias planteadas en el paquete MPOWER de medidas efectivas de control de tabaco.

El paquete MPOWER, por sus siglas en inglés, está compuesto por las siguientes medidas: monitorear el uso de tabaco y políticas de prevención, proteger a las personas del humo de tabaco, ofrecer ayuda para abandonarlo, advertir sobre los riesgos del tabaco, hacer cumplir las prohibiciones de publicidad, promoción y patrocinio; y aumentar los impuestos al tabaco.

La última medida está fundamentada en el artículo 6 del Convenio Marco para Control de Tabaco (CMCT), el cual establece que las medidas de precios e impuestos son efectivas e importantes para reducir el consumo de tabaco.

Como lo fundamenta la literatura, aumentar el impuesto al tabaco en los países tiene grandes ventajas: i) es altamente costo efectivo para disminuir el consumo de tabaco e incrementa el recaudo del gobierno y ii) puede ayudar a expandir el financiamiento del sector salud. Pero, hay que tener en cuenta que, para un mejor impacto del impuesto, éste se debe actualizar de manera significativa y periódica; y se debe contar con buenas administraciones aduaneras que permitan resolver los problemas asociados al comercio ilícito.

De acuerdo con las cifras de la OMS, la medida de impuestos es la menos lograda del paquete MPOWER. Para 2018, solo 14% de la población mundial vivía en países con impuestos suficientemente altos. Durante 8 años la población protegida por esta medida estuvo debajo del medio millón de personas, y solo en estos últimos dos años, esta cifra aumentó a más de un billón de personas.

Los países se pueden categorizar de acuerdo al valor del impuesto como porcentaje del precio de venta, así: i) <25% del precio de venta es impuesto, ii) > 25% y <50% del precio de venta es impuesto, iii) >50% y <75% del precio de venta es impuesto, y iv) >75% del precio de venta es impuesto. Esta última categoría es la recomendación de la OMS.

La mayoría de países que ya adoptaron impuestos más altos son países de altos ingresos, 23 de estos países tienen impuestos iguales o superiores al 75% del precio de venta. Mientras que solo un 11% (5 países) de los países de ingresos medios bajos han adoptado impuestos altos.

Desde 2016, 10 países han aumentado sus impuestos a la categoría más alta (>75%), 7 de esos 10 países son de ingresos medios bajo, siendo 2 de la región de las Américas: Colombia y Brasil. Colombia triplicó sus impuestos en dos años, su impuesto específico por 20 cigarrillos pasó de ser 700 COP en enero de 2017 a 2100 COP en enero de 2018. En cuanto al impacto de la medida, ocurrió un incremento del 54% en el recaudo por impuestos específicos, y una reducción de ventas de cigarrillos del 23% comparado con 2016. Por otro lado, Brasil pasó de ser el sexto cigarrillo más baratos del mundo a tener una de las tasas más altas de impuestos como porcentaje del precio de venta (82,97%) de la región, a partir de incrementos significativos desde el 2007.

En cuanto a asequibilidad, el progreso también es mayor en países de ingresos altos que en países de ingresos medio-bajo. En 30 países el cigarrillo se volvió más asequible y de estos 30 países, 28 son de ingresos medios bajos. La asequibilidad es importante pues no se desincentiva el consumo de cigarrillos, incluso cuando el precio suba, si estos son más asequibles en el tiempo. Por lo que se hace necesario que el precio esté indexado a los ingresos del hogar.

En conclusión, desde 2008, se ha casi doblado la cifra de los países implementando impuestos más altos, y cerca de uno de cada cinco países está ahora protegido. Pero, el avance podría haber sido mucho mayor si las estrategias de la industria tabacalera no estuvieran funcionando. En el caso de los impuestos al tabaco ha sido popular, por parte de la industria, usar cifras alarmantes e infladas de comercio ilícito para socavar la medida.

A su vez, es necesario que esta medida sea actualizada conforme a las nuevas estrategias ideadas por la industria tabacalera (IT). Por ello, es necesario tomar acciones ante la nueva apuesta de sistemas electrónicos de suministro de nicotina. Aunque estos sistemas electrónicos pueden ser catalogados como menos tóxicos que los cigarrillos, ha sido comprobado que su aerosol no simplemente “vapor de agua” como declara la IT; además, su consumo aumenta la exposición de no fumadores a la nicotina y otros productos altamente tóxicos. Es imperativo que la legislación de impuestos cobije también a estos nuevos productos con el fin de prevenir el aumento de su uso, especialmente en jóvenes.

Sin duda, los tomadores de decisión no deben plegarse a los argumentos presentados por la industria, cuando existe extensa evidencia sobre la costo-efectividad y los impactos de la medida de impuestos al tabaco en los países de la región. La medida de impuestos al tabaco deber ser una prioridad para proteger a las nuevas generaciones de la epidemia de tabaquismo, incluso en sus más nuevas presentaciones.